Alfonso y su resistencia a los autogobiernos indígenas
OPINIÓN
Luis Gutiérrez
El presidente de Morelia, Alfonso Martínez Alcázar, se sigue resistiendo a que se haga efectivo el autogobierno de las comunidades indígenas, no lo dice directamente, pero su discurso está permanentemente ligado a desacreditar la autonomía de los pueblos originarios de la capital, a los cuales, por cierto, su administración mantiene en el olvido y sujetos a presupuestos raquíticos y ofensivos.
Alfonso pretende sembrar una idea absurda de que los autogobiernos indígenas no funcionan, esto pese a que 40 comunidades indígenas del estado han mejorado la calidad de vida de sus habitantes al haber accedido a sus presupuestos de manera directa, es decir, sin pedirle permiso a sus respectivos gobiernos municipales.
Lo que el panista-perredista no dice es que su temor real radica en que la administración a su mando perderá casi 10 millones de pesos si se llegase a consumar el desprendimiento presupuestal de las tenencias de Capula, San Miguel del Monte, San Nicolás Obispo, Santa María de Guido, Santiago Undameo y Tiripetío.
Esto debido al abandono del gobierno capitalino que los habitantes de estas tenencias dicen enfrentar, situación que los llevó a reconsiderar la posibilidad de regirse de manera autónoma, a partir de las reformas que sufrió la Ley Orgánica Municipal de Michoacán.
Por ello, el presidente moreliano demerita la figura de los gobiernos autónomos, pero no se detiene a reconocer que el deseo de independencia que impera en Capula, San Miguel del Monte, San Nicolás Obispo, Santa María de Guido, Santiago Undameo y Tiripetío responde al profundo abandono que sufren sus habitantes.
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