Oposición, desarmada y sumisa frente al arribo presidencial de Sheinbaum

OPINIÓN

LUIS GUTIÉRREZ

La sucesión presidencial que permitió el arribo de Claudia Sheinbaum a la presidencia de la República se consumó sin ningún tipo de pronunciamiento en contra por parte de la oposición, los detractores de la 4T aceptaron su derrota y denotaron sumisión frente a la primera mujer presidenta que haya conocido el país al paso de los últimos 200 años.

Fueron diferentes liderazgos políticos de la oposición los que, en diferentes pronunciamientos públicos, le desearon suerte a la nueva presidenta de México, principalmente en lo que respecta a la estrategia de seguridad nacional, un tema del que panistas, priístas y perredistas se valieron para atacar una y otra vez al ahora expresidente Andrés Manuel López Obrador.

Uno de ellos, por raro que parezca, fue el excandidato presidencial y hoy senador, Ricardo Anaya, quien en diferentes entrevistas destacó que la presidenta Claudia Sheinbaum haya hecho énfasis en la necesidad de potenciar las labores de inteligencia e investigación, a fin de atacar los índices delictivos que se siguen traduciendo en uno de los principales problemas para distintas entidades del país.

Otro fue el expresidente de la República, Enrique Peña Nieto, quien, en palabras breves, fiel a su estilo, le deseó suerte a la nueva mandataria del país, sin importar que Morena, el partido que llevó a Sheinbaum a la presidencia, haya prácticamente sepultado al Partido Revolucionario Institucional (PRI) tras las elecciones del pasado 2 de junio.

Al igual que éstos y en cadena, decenas de liderazgos de la oposición, por no decir cientos, se le cuadraron a la doctora Claudia Sheinbaum, luego de que ésta sostuviera que su gobierno se regirá por la pluralidad y la inclusión, por encima de la imposición.

Un punto a destacar es que, previo a rendir protesta como presidenta de la República, la doctora Claudia Sheinbaum anticipó que se mantendrá al margen de su militancia en Morena, esto con la finalidad, según ella, de gobernar para todos los mexicanos, sin importar su procedencia o afinidad política.

Ante este escenario, Sheinbaum pareciese haber afianzado un terreno fértil para la generación de política plural, o al menos no contaminado por la polarización con que diferentes actores políticos pretendieron desvirtuar la imagen de López Obrador cuando el ahora expresidente restableció el tablero político electoral en 2018, año en que comenzó el proceso de transformación que vive el país.